Jugando en clase: recreación de batallas históricas

¿Os acordáis cuando vuestro profesor de Historia os hacía representar enfrentamientos bélicos famosos utilizando como campo de batalla una cartulina grande? ¿No? Yo tampoco. Pero creo que mis alumnos podrán contestar afirmativamente. Es lo que pasa cuando tienes un friki por profesor.

El campo de batalla antes del combate

El campo de batalla antes del combate

La verdad, no culpo a mis profesores, ni les reprocho nada. Ellos hicieron lo que creían mejor para sus clases y alumnos. Es difícil intentar introducir novedades y actividades diferentes cuando la simple lección magistral funciona relativamente bien. Pero a mí es que me sabe a poco.

Por esa razón llevo dos años poniendo en práctica una actividad que se sale de lo acostumbrado en un aula y que ojalá me hubiesen planteado en clase cuando era alumno. Se trata, como ya he señalado, de la recreación de batallas históricas en el aula. Es sencillo, divertido, motivador e instructivo. A continuación expondré las dos experiencias que he llevado a cabo hasta el momento.

Hace dos años, coincidiendo con el octavo centenario y aprovechando el temario centrado en Historia Medieval y Moderna, representamos la batalla de Las Navas de Tolosa en 2º de ESO. Fue el primer experimento de este tipo que realizaba. Para plantearlo aproveché una semana en que aproximadamente la mitad de los alumnos estaban de viaje a la nieve con el departamento de Educación Física, con lo que el número de participantes se había reducido bastante y en algo habían de aprovechar el tiempo los alumnos que quedaban en el instituto.

La línea de batalla cristiana

La línea de batalla cristiana

Lo primero que hice fue hablarles de la heráldica y los escudos, y cómo estos servían en el campo de batalla para identificar a ciertos personajes de renombre. La explicación fue acompañada de fragmentos de algunas películas como Juana de Arco o Braveheart. Paralelamente les planteé la posibilidad de dibujar su propio escudo, bien inventado, bien el de sus apellidos. Por último, les propuse dibujarlos sobre unos caballeros e infantes que había impreso ¿Para qué? ¡Para la batalla!

La idea les pareció interesante y al día siguiente, tras una exposición de lo acontecido en las Navas y explicar las reglas (que luego detallaré) nos pusimos manos a la obra. La experiencia, a mi juicio, fue un éxito. Se disputaban los dados para acabar con sus rivales, movían las tropas a lo largo del campo de batalla para flanquear, cargar, disparar sus flechas…

El buen resultado de esta primera experiencia me animó a plantear una segunda este año, más o menos a mediados del segundo trimestre. En esta ocasión los afortunados testers serían mis alumnos de 1º de ESO, y la batalla a reproducir sería ni más ni menos que… ¡Qadesh! ¡La primera de las grandes batallas de las que se tiene documentación escrita!

La verdad es que se lo presenté todo lo épicamente que pude, como a mí me gusta explicar la Historia Antigua, con un halo de misterio, de grandiosidad, protagonizada por civilizaciones perdidas y antiguas y por reyes y faraones todopoderosos capaces de ordenar construcciones monumentales. Acompañé la explicación con fragmentos de un documental del Canal de Historia (sí, los mismos que comparan a Decébalo, el caudillo dacio, con Sadam Hussein en otro documental) en que se narraba lo acontecido en Qadesh con un aire muy a lo Zack Snyder en 300.

Qadesh: los carros hititas flanquean a la desprevenida infantería egipcia lanzando una mortal lluvia de d6

Qadesh: los carros hititas flanquean a la desprevenida infantería egipcia lanzando una mortal lluvia de d6

Al día siguiente, tras explicar las reglas, dispusimos el campo de batalla portátil, y las unidades de combate: carros hititas y carros egipcios con infantería. De nuevo, como en la experiencia anterior, todos participaron del juego. Unos planteaban estrategias, otros acometían cargas alocadas y otros huían del ataque sorpresa hitita, unos llamaban a Ramsés y otros a Muwatali, pero nadie se mantenía indiferente o alejado. De las dos batallas que se plantearon, una fue ganada por los egipcios y la otra por los hititas. Así, todos contentos y Oriente Medio de nuevo en disputa.

Y ahora bien, ¿Cómo se llevó a la práctica cada uno de los enfrentamientos?

En el primer caso el campo de batalla fue una cartulina verde grande dividida en 3 columnas (Flanco izquierdo, centro y flanco derecho) de 5 filas. Esa distribución la saqué del juego Napoleon, the Waterloo Campaign, 1815, de Columbia Games. La reglas del juego eran sencillas: cada unidad puede mover o disparar en su turno, no ambas cosas. Caballería movía dos casillas, infantería una. Para atacar debían tener al enemigo en la casilla de enfrente. La infantería y arqueros impactaban con un 6 y la caballería con 5 o 6, aunque se puede modificar para agilizar el desarrollo. De hecho, para hacerlo más ágil, las unidades deberían poder mover y atacar, e impactar con un 4-6 para caballería y 5-6 para infantería.

En el segundo caso, empleamos otra cartulina, pero dividida en 6×6 casillas. Este incremento respondía a la presencia de carros de combate, que necesitaban espacio suficiente para moverse por el campo de batalla. El escenario contaba con un elemento especial, el río Orontes, que dificultaba el movimiento. Inicialmente los egipcios estaban en inferioridad, como en la batalla real, y a partir del 2º o 3r turno entraba Ramsés con sus carros. La infantería movía una casilla, los carros dos. Seguimos las mismas reglas que la ocasión anterior, pero infantería y carros impactaban con 5-6. La ventaja de los carros era que podían impactar a distancia.

Infantería egipcia agrupándose

Infantería egipcia agrupándose

En ambos casos, las Navas y Qadesh, cada unidad correspondía a un alumno y contaba con 3 puntos de vidas o impactos. Una vez acabados esos puntos la unidad se retiraba del campo de batalla. Básicamente esto permitía a cada jugador estar más tiempo en juego.

Todas las unidades de ambos escenarios (infantes y caballeros medievales, carros e infantería de la Antigüedad) fueron obtenidas de la página Junior General, que cuenta con infinidad de modelos de tropas listas para imprimir y representar cualquier batalla y período histórico. Cuenta, además con una amplia selección de batallas históricas.

Personalmente, las dos experiencias me fueron gratas como profesor y árbitro. Los alumnos disfrutaron y aprendieron, pusieron en práctica su capacidad de ordenación y organización espacial al tener que distribuir unidades con diversas capacidades de movimiento y ataque por el escenario, desarrollaron su habilidad para colaborar en grupo con la finalidad de obtener la victoria y trazar estrategias, pusieron en práctica sus habilidades de cálculo y comprendieron que la Historia no sólo está en los libros de texto, los documentales y las películas, sino que también está en los juegos y su aprendizaje puede ser, y es, divertido.

Detalle de las coloridas tropas almohades en las Navas

Detalle de las coloridas tropas almohades en las Navas

Ramsés aparece en el campo de batalla para organizar el contraataque.

Ramsés aparece en el campo de batalla para organizar el contraataque.

Jugando en clase a El naixement d’un Estat: valoraciones de los alumnos

Las opiniones en estado natural

Las opiniones en estado natural

Puede que algún visitante del blog, profesor de secundaria o no, esté interesado en poner en práctica la humilde creación que es el juego El naixement d’un Estat pero no acabe de decidirse. Tal vez la opinión de mis alumnos le ayude a ello. A Dios pongo por testigo que no me invento nada y tanto las alabanzas como las críticas negativas están aquí recogidas. La presente entrada recoge, además, aquellas modificaciones y sugerencias que algunos alumnos han propuesto y que cada cual es libre de aplicar.

Leyendo las opiniones de los alumnos puedo concluir que el proyecto aprueba con buena nota. Con toda sinceridad, he de señalar que no me esperaba un éxito tan notable. De las casi 60 opiniones recogidas sólo ha habido tres abiertamente negativas, ya que al parecer en un “juego” no se debe trabajar, leer, ni escribir tanto y menos aún hablar de política… ¿Dónde se ha visto eso?

Por contra, la mayoría de las opiniones hacen hincapié en que el juego:

Ha sido una actividad divertida

Ha sido diferente, no imaginaban que se pudiese jugar a construir un Estado

Ha servido para aprender cosas de política (izquierdas, derechas, público, privado…)

Ha sido educativo

Ha sido colaborativo

Si se tratase de una película, en el cartel promocional añadiría algunas frases como “…una actividad diferente a las de siempre, más divertida”, “…ha estado muy bien porque ahora sabemos y entendemos un poco más de política y lo has hecho divertido cuando nada más nombrar política te dan ganas de dormirte”, “…creo que es una forma de trabajar y aprender mejor”.

Algunos no han tenido bastante y ante la pregunta ¿Qué añadirías al juego? han propuesto diversas cosas como: un debate (que se planteó pero no llegó a realizarse por falta de tiempo), la elaboración de un himno, una recogida de firmas por todo el instituto en que cada firma sería un voto, una visita a una institución representativa (Parlamento, Generalitat, Junta…) y zombies… sí, zombies.

La última de las preguntas que les planteé era ¿Qué mejorarías del juego?, algo que siempre se puede hacer. La principal queja que aparece en los textos es haber permitido votar a aquellos que no habían presentado logotipo, cartel ni anuncio. Reconozco que no fue del todo justo, pero por una parte debían aprender que en democracia participamos todos (hayamos trabajado o no, hayamos leído los programas o no, veamos telebasura o no) y por otra no quería tener alumnos mirando sin hacer nada (la ociosidad conduce al Reverso Tenebroso). Otra queja recurrente e interesante es la falta de implicación de algunos alumnos que no han actuado como deberían haberlo hecho de haberse ceñido al programa ideológico de su partido. No son pocos los que han tenido dificultades para meterse en su papel y actuar en ocasiones contra sus propios principios individuales.

De cara a la nueva versión del juego tengo intención de:

Revisar sistema de reparto de escaños

Potenciar la parte artística del proceso electoral y la propaganda

Incluir una visita a alguna institución pública

Realizar grupos más equilibrados

Incluir la realización de un debate parlamentario

Plantear la posibilidad de crear grupos con capacidad para elaborar programas propios a partir de las motivaciones personales de los alumnos.

En cuanto me sea posible me pondré manos a la obra con las modificaciones y con la traducción al castellano, tal como algunos me habéis solicitado.

No sé qué respuesta es más original…

Pregunta: ¿Qué solución trató de impedir la caída del Imperio Romano?

Respuesta Alumno 1: El desarrollo de herramientas agrícolas, por ejemplo el arado.

Respuesta Alumno 2: La pelea con los barrocos

(1º de ESO, Ciencias Sociales)

Comentario: A lo sumo, el hecho de que las legiones romanas fuesen armadas con arados podría explicar los malos resultados en las batallas (la derrota ante los barrocos explicaría el fin del Renacimiento unos 1000 años antes de tiempo) y la caída de la producción agrícola.  That’s History!

Escenografía histórica: El plano de la Barcino romana

barcinoromana¿Qué sería de las partidas de rol sin planos en los que situarse en momentos concretos? ¿Y de esos juegos de miniaturas que  requieren escenografía?  Vale, puede que no siempre sean fundamentales, pero ayudan, y si se hace bien molan. Por esa razón esta semana en 1º de la ESO nos hemos dedicado a reconstruir el plano de la Barcino romana, de manera sencilla, pero con algo de relieve, para darle personalidad.

Vale, puede que las razones principales no sean las mencionadas anteriormente. En realidad, diseñar y construir con sus propias manos una maqueta de una ciudad romana ayuda a dar forma a la información de los libros («…dos arterias principales que se cruzan en el foro…», «…edificios como las termas, los templos…», «…rodeadas de murallas…», «…calles que se cruzan en ángulos rectos…», etc.) y a asentar el conocimiento adquirido, a poner en práctica competencias manuales y de ordenación del espacio…

Los materiales: cartulina, cartón-pluma, tijeras, cúter, pegamento… Y algunos de los resultados:

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Actual play de «El naixement d’un Estat»

La finalidad de todo juego, lo que le da vida y sentido, es su puesta en práctica. Así que, una vez redactado el proyecto de juego El naixement d’un Estat (accesible en la sección de descargas) ha llegado el momento de contar la experiencia para dar un marco de referencia práctico a aquellos que sientan curiosidad por él.

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Propaganda electoral comunista

Puse en marcha el juego en dos grupos de 3º de ESO: B y C. Los grupos que se convertirían en los 4 partidos políticos a interpretar fueron hechos por los alumnos según sus afinidades pero siguiendo los ya hechos para las llamadas “horas B”, donde sólo hay 15 alumnos por clase. De esta forma salieron 4 grupos de 6-7 alumnos aproximadamente. Los grupos eran heterogéneos porque están divididos por orden alfabético, sin seguir criterios académicos concretos.

Les di dos sesiones para trabajar en el logotipo, el cartel electoral y el vídeo. El problema  fue que entre fiestas y salidas las clases se espaciaron en el tiempo más de lo que me habría gustado. Puede que eso haya afectado también al resultado y calidad de los aportes de los alumnos. En cada una de esas sesiones me limité a asesorar a los grupos, resolviendo dudas y censurando material ofensivo.

Finalmente llegó el día de mostrar los trabajos que habían hecho y proceder a seleccionar los mejores, aquellos que se llevarían los bonus de +1 para repartir escaños tras las votaciones.

En el grupo B el resultado fue desastroso. De los 4 partidos, sólo 3 presentaron logotipo, ganando el partido fascista. De los 4 partidos sólo el socialista presentó cartel, con el lema “El tamaño del pueblo sí importa”, y vídeo, con una imagen fija de los candidatos y frases expresadas de manera monótona y sin espíritu (vamos, como los políticos de hoy). De este modo los fascistas se llevaron un bonus de +1 y los socialistas dos. Y yo me llevé una pequeña decepción…

Propaganda electoral socialista

Propaganda electoral socialista

En el grupo C el resultado fue algo mejor. De los 4 partidos 3 presentaron vídeo, 2 carteles y 3 logotipos. El grupo comunista presentó un vídeo mucho mejor que el del resto de sus compañeros, llevándose la victoria en esta categoría. En los carteles la cosa estuvo más reñida, ganando de nuevo los comunistas por la mínima. En cuanto al logotipo la victoria fue para los fascistas. De esa manera los comunistas cuentan con dos bonus de +1 en el reparto final y los fascistas uno.

Llegado el día de simular las elecciones a través de una puja cada uno de los partidos puso en marcha su estrategia. Teniendo en cuenta los modificadores que se aplicaban en cada una de las 5 regiones decidieron cuáles serían las cartas, numeradas del 1 al 5, que iban a jugar para intentar hacerse con el mayor número de escaños posibles.

En la clase de 3º B cada grupo fue realizando sus pujas hasta obtener el resultado provisional. Los fascistas habían alcanzado una ligera ventaja de un escaño sobre sus competidores, empatados en 8 escaños. Sin embargo, los alumnos aprendieron que el trabajo bien hecho tiene sus recompensas porque el resultado final se vería modificado por los bonus otorgados al mejor vídeo, cartel y logotipo. Así, los fascistas decidieron usar su bonus para ganar un escaño restándoselo a los comunistas, sus enemigos declarados. Los socialistas usaron los suyos para ganar ventaja sobre los conservadores y los comunistas. De este modo el resultado final quedó en un empate a 10 escaños entre fascistas y socialistas, quedando los conservadores y los comunistas por detrás con 7 y 6 escaños respectivamente. Los comunistas no se mostraron muy satisfechos con el resultado final y las “puñaladas”, amenazando de iniciar una revolución sangrienta.

Propagana electoral fascista

Propagana electoral fascista

En el grupo C el recuento inicial dejó un resultado más ajustado. En principio, el dominio del espacio político quedaba en manos de la derecha, donde fascistas y conservadores sumaban 18 de los 33 escaños en juego, 9 cada uno. Los comunistas, con 8, y los socialistas, con 7, quedaban por detrás. Sin embargo, como en el párrafo anterior, el trabajo bien hecho tuvo sus recompensas. De este modo, los fascistas arrebataron 1 escaño a los comunistas, pero estos se vengaron arrebatándoles 2. Finalmente, los resultados daban como vencedores a comunistas y conservadores, con 9 escaños cada uno, quedando los fascistas con 8 y los socialistas con 7.

Ya sólo quedaba la fase final, redactar la Constitución. Para ello cada partido debía redactar y presentar ante el público un proyecto de Constitución basado en sus ideales y en una serie de preguntas sencillas (¿República o monarquía? ¿Confesional o laico?…).

En el grupo B los cuatro partidos expresaron su voluntad. Desde el principio, los fascistas, muy metidos en el papel, no ocultaron sus pretensiones dictatoriales y de convertir al ejército en un actor más de la escena política. En clave política esto espantó a socialistas y conservadores, que hicieron frente común ante las propuestas fascistas. En dos ocasiones tuvieron que unir sus votos para impedir que en la Constitución se incluyese la economía dirigida y la limitación de la participación democrática.

Finalmente, las propuestas de socialistas y conservadores fueron mayoritariamente incluidas en la Constitución. De ese modo, Ficticia pasaba a tener un modelo de Estado centralizado, republicano, laico, abierto al mundo, con una economía capitalista, tolerante ante la diversidad y con una amplia declaración de derechos. Así, una alianza de conservadores y socialistas salieron vencedores del proceso constitucional.

Logotipos del Partido Comunista del Pueblo, Partido Fascista y Partido Socialdemócrata

Logotipos del Partido Comunista del Pueblo, Partido Fascista y Partido Socialdemócrata

En el grupo C el juego se desarrolló de manera diferente. Los grupos presentaron sus propuestas de constitución, excepto los socialistas, que no lo hicieron y se quedaron excluidos de las votaciones. La verdad es que eso fue determinante para el resultado final. Entre los discursos destacó el del Partido Comunista a la hora de justificar sus posiciones.

Para ser sincero, en este grupo el proceso estuvo muy discutido y fue bastante más motivador para los alumnos (y para el profesor). Aquí, yendo un paso más allá que en el otro grupo, me dediqué a influir en los grupos hasta el punto que fascistas y conservadores propusieron convertir Ficticia en una monarquía encabezada por un servidor (¡Qué orgullosa estará mi madre cuando se lo cuente!).

Poco a poco, tras algunas votaciones ajustadas, tensiones, reclamaciones varias, llamadas al orden y al papel pacificador del nuevo monarca la Constitución quedó definida. Aquello parecía el plató del Sálvame. Ficticia se convertía, por la inacción socialista y aprobación parlamentaria, en una monarquía de estructura centralizada con una economía dirigida, de carácter laico, abierta al mundo y deseosa de influir en política internacional, tolerante con las minorías étnicas o religiosas, pero con un compendio de derechos políticos limitados por el gobierno.

Proyecto de Constitución del Partido Comunista del Pueblo

Proyecto de Constitución del Partido Comunista del Pueblo

Tras esta fase, y viendo que el grupo estaba muy animado, decidí incorporar una más: la elección del presidente del gobierno. Los conservadores consiguieron que su candidato se convirtiera en el primer presidente de una Ficticia independiente gracias al apoyo de los escaños fascistas. Los comunistas protestaron amargamente y no acabaron de aceptar el resultado final. Si encuentro el modo de seguir, esto promete ser muy entretenido.

Más adelante haré una exposición de las opiniones de los alumnos, que se han mostrado muy satisfechos con la experiencia. La mayoría han quedado sorprendidos por el mero hecho de haber asociado por primera vez la política con la diversión y el conocimiento, algo que al antes del juego no veían posible. Personalmente, yo ya me doy por satisfecho con haber despertado su interés por las ideologías políticas, por mucho que nos quieran hacer creer que han muerto.