Una variante del Dixit

IMG_7703En ocasiones hay juegos a los que se les puede dar un enfoque o aplicación diferente. Pueden ser los dados del Story Cubes para jugar a rol, las cartas de Magic para narrar historias, los meeples y tokens de varios juegos para levantar construcciones o los troqueles de los juegos nuevos.

En esta ocasión mi hija de 3 años me sorprendió con su nueva idea. Me pidió la caja del Dixit, como tantas otras veces. Hasta ahora hemos jugado con los conejitos a hacer familias, altas torres, carreras… Sin embargo, en esta ocasión empezó a colocar las cartas en el suelo formando una cuadrícula. Aparentemente (o eso interpretaba yo) las había ido distribuyendo sin ton ni son. ¡Nada más lejos de la realidad! Tal como empezó a explicarme había diseñado una ciudad!

Las cartas con arena y mar eran las playas, las de animales y árboles eran bosques y jardines, las de máscaras eran una fiesta, las de casas… pues casas. Otras no tenían significado claro, pero con un poco de ayuda acaban saliendo policías, hospitales, puertos, calles, plazas…

En fin, que quizás con un poco de orientación, imaginación y tiempo se pueda diseñar una actividad de construcción y diseño de entornos urbanos. Quizás para los cursos de primaria sea un recurso, aunque yo me lo he visto muy posible con mis alumnos de 2º y 3º de ESO. Podríamos mezclar las competencias comunicativas en diversos idiomas (interpretación, explicación, redacción…) con las sociales y cívicas (diseños de espacios comunes, urbanismo, desarrollo socioeconómico…) o las tecnológicas y matemáticas (diseño y difusión en redes, cálculo de superficies a ocupar…). ¡Será por las competencias que podemos trabajar con el juego!

Asignatura Juegos de rol y de mesa (28ª semana)

Última semana de la asignatura, pero no la última entrada sobre ella.

El martes dedicamos la última sesión completa de juego a uno de los que los compañeros del trimestre anterior habían recomendado a los de este último: Dixit. Al parecer, las ilustraciones y la mecánica de juego habían dejado un buen sabor de boca a los jugadores. Algunos hacían referencia a él como «el juego del dibujante fumao«.

Con este grupo volvió a suceder una cosa similar. Sus características ilustraciones y su mecánica (sencilla, divertida y ágil) han gustado a este grupo tanto como al anterior. Aún así, los alumnos que más habían disfrutado de la profundidad del Catan me comentaban que el Dixit les ha sabido a poco.

El miércoles fue el último día de la asignatura. Como viene siendo costumbre lo dediqué a realizar la encuesta de rigor para conocer la opinión de mis alumnos. De este modo, podré saber con qué juegos han disfrutado más y qué cambios realizarían en la asignatura, entre otras cosas. Cruzo los dedos para poder tener otro espacio como este el curso próximo.

A ver si, entre las memorias de fin de curso, las evaluaciones y las reuniones, los pañales y los biberones, encuentro tiempo para someter esta experiencia a una merecida reflexión.

Asignatura Juegos de rol y de mesa (21ª semana)

Fuente: Wikipedia

Apartando una pila de exámenes y doblando el tejido del espacio-tiempo como un agente del Ministerio logro encontrar el momento y el lugar para escribir esta entrada. Se trata de la última del grupo de juego del segundo trimestre.

El juego seleccionado para esta semana ha sido el archiconocido Dixit, de Jean-Louis Roubira y distribuido por Libellud. Este juego presenta una dinámica tan sencilla que bastó un solo ejemplo para que los jugadores entendieran su funcionamiento. Para aquellos que no sepáis de qué juego hablo y cómo funciona os lo explicaré brevemente.

En Dixit, cada jugador tiene una mano de cartas ilustradas. Uno de ellos, al que llamaremos narrador, escoge una y, sin mostrarla al resto, dice una frase, idea o concepto (puede ser un color, un sentimiento, un libro, una película) que esté relacionado con esa carta. A su vez, el resto de jugadores buscan en sus manos una carta que pueda tener relación con lo que ha dicho el narrador y se la entregan boca abajo. Éste las baraja y las coloca encima de la mesa boca arriba. El objetivo del resto de jugadores es adivinar cuál de todas es la carta del jugador inicial.

La dificultad y la gracia del juego está en decir una idea, frase o concepto que evite que todos o ninguno adivine cuál es la carta del jugador inicial. Si todos aciertan esa carta, el jugador inicial no obtiene puntos. Si ninguno acierta cuál es la carta, el jugador inicial tampoco obtiene puntos. Además, el resto de jugadores obtienen puntos si alguien escogió su carta.

Ahora bien, si algo especial tiene Dixit no es simplemente la mecánica de juego, sino la magnífica calidad de las imágenes de las cartas, de un carácter onírico y surrealista extraordinario. En palabras de Joel: ¡Profe! ¿Que s’han fumao pa dibujar esto? Su autora, Marie Cardouat, logra que sea difícil no sentirse inspirado por las ilustraciones para lanzar al aire una idea con cientos de interpretaciones posibles.

Por su carácter subjetivo y artístico este juego tiene muchas posibilidades en una clase de educación visual y plástica, o en talleres de creación literaria, o en clases de lengua y literatura. ¿Y si las cambiásemos por imágenes históricas para hacer un Dixit-on-time o algo así?

El juego ha gustado mucho entre los alumnos, tanto por su sencillo reglamento, que lo hace apto para un numeroso público, como por las ilustraciones. Curiosamente, ha servido para que se planteen una reflexión ya que, según algunos de ellos, los adultos no pueden saber jugar a esto porque «los mayores no tienen imaginación». No saben lo equivocados que están.

Por último, y al igual que en el trimestre anterior, la sesión final ha servido para someter la asignatura al análisis de los usuarios y ver qué juegos han triunfado, cuáles no y qué opinión les merece esta optativa. Las encuestas realizadas serán analizadas para una conveniente reflexión final.

Ahora ya solo me queda esperar la llegada del nuevo grupo, con el que empezaremos la semana que viene. ¡A ver qué tal!