Entre Egipto y el Tercer Reich

Pregunta: ¿Cuáles eran las ideas básicas de Hitler expresadas en Mein Kampf?

Respuesta: Menos precios a la democracia, odio al marxismo, matar judíos, un tercer Rich, un nuevo imperio, una raza agria.

4º de ESO

Pregunta: ¿Con qué nombre conocemos a la escritura egipcia?

Respuestas varias: Jeogrífica, Jelogríficos, Geográfica, Geoglífica…

P: Indica el nombre de un faraón

R1: Kefrén, Kenobi

R2: El faraón difunto

P: ¿Qué significa Mesopotamia?

R1: Caballito de mar

R2: Tiene que ver con un hipopótamo

1º de ESO

 

Vamos a crear un juego (Día 4… ¿y final?)

El campo de batalla, con Qadesh en el centro y los primeros movimientos

El campo de batalla, con Qadesh en el centro y los primeros movimientos

Por fin, con un poco de retraso respecto a la fecha prevista los alumnos han podido poner a prueba el funcionamiento de su wargame.

Hemos optado por jugar sobre el tablero grande, es decir, uniendo dos cartulinas grandes. Los 10 alumnos del aula (número excepcional que se ha dado debido a varias circunstancias) se han distribuido en dos equipos de 5, egipcios de verde, hititas de rojo.

Los primeros 15 minutos los hemos dedicado a recordar las reglas, y preparar un espacio de juego adecuado. Una vez hecho esto los dos equipos se han lanzado a comprobar cómo era en la práctica el juego que habían diseñado sobre el papel.

Cada jugador se ha hecho cargo de dos fichas, repartidas al azar, y el faraón/rey era dirigido entre todos por consenso.

En la primera partida ha imperado la prudencia, las fichas se desplazaban perezosamente por el tablero por miedo a perderlas en combate. Los arqueros , con su movimiento libre en diagonal, han sido utilizados como arietes contra el enemigo. Como era de esperar, su exposición los ha hecho desaparecer rápidamente. Sin embargo, los egipcios han reservado una unidad de arqueros que se ha lanzado a tomar Qadesh, reteniéndola el tiempo suficiente para ganar, ya que las tropas hititas, avanzando son demasiada precaución, no han llegado a tiempo para expulsarlos.

Arqueros hititas rodeados por carros y arqueros egipcios bajo la atenta mirada del faraón

Arqueros hititas rodeados por carros y arqueros egipcios bajo la atenta mirada del faraón

Todavía quedaba tiempo para empezar una partida más. El objetivo cambiaba, pues ahora se trataba de capturar al rey/faraón enemigo. Lamentablemente, la partida no ha podido acabar, aunque los hititas se habían acercado bastante a Ramsés.

Los propios alumnos han constatado las debilidades de su creación en esta primera prueba. La más destacable es el sistema de resolución de combates. Jugar a pares o nones no es de fiar, pues hay dedos que aparentan estar en una posición  o en otra y lleva a discusiones estériles. En la segunda partida ya habían adoptado los dados como sistema más preciso. Otra limitación era el movimiento de algunas fichas, como la infantería, moviendo de uno en uno en un espacio tan grande, o los carros, a los que habrían querido dotar de más movilidad.

En mi opinión, o al menos eso me gustaría creer, la experiencia les ha servido para constatar tres cosas. Primero, que ellos pueden crear y tomar la iniciativa sin esperar a que los juegos los inventen otros. Segundo, que los trabajos no se acaban en la primera versión, pues requieren de pruebas y correcciones. Tercero, que una estrategia colectiva requiere del consenso y la reflexión.

Hasta próxima ocasión, el juego se queda a buen recaudo en el departamento de sociales, con la esperanza de volver a ser usado para reflejar cualquier otro acontecimiento. Hay rumores de que suenan campanas de guerra entre espartanos y persas en el paso de las Termópilas…

Vamos a crear un juego (Día 3)

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Los agrimensores egipcios delimitando el terreno

Hoy, rápidamente, hemos intentado dar solución a las últimas cuestiones.

Con la ayuda de cinta métrica, reglas y varas hemos trazado sobre 2 cartulinas grandes dos cuadrículas de 13×13 que servirán como dos escenarios diferentes o como un sólo gran escenario de 26×26. De este modo podrán dividir la clase en dos grupos o jugar turnándose todos a la vez.

Mientras unos cuantos alumnos hacían eso, otros se encargaban de seleccionar qué cantidad de fichas de carros, arqueros e infantería se dispondrían sobre el mapa. Igualmente, diferenciaban unas de o  tras con adhesivos verdes y rojos y especificaban el tipo de unidad. De este modo habrá, de momento, 13 fichas por cada bando: 5 de carros, 4 de infantería, 3 de arqueros y 1 de faraón/rey.

Mientras tanto, otros recibían la misión de diseñar la ciudad de Qadesh y los campamentos egipcio e hitita con unas dimensiones concretas para encajar en el entramado del tablero.

Las fichas durante el proceso de creación

Las fichas durante el proceso de creación

El próximo martes uniremos las dos cartulinas, escogeremos una representación de Qadesh y los campamentos y someteremos el juego a su primera prueba de fuego.

¡Que Ra nos asista!

Vamos a crear un juego (Día 2)

Hoy hemos seguido adelante con el proyecto de crear un juego de mesa para representar la batalla de Qadesh con los alumnos de 1º de ESO. La verdad es que ha habido momentos en que hubiese deseado no haber empezado. No sabéis cómo se ponen cuando intentan hablar todos a la vez, mientras unos pasan de todo y otros pegan gritos sin sentido. Aun así, armado de paciencia, el proceso de diseño ha seguido adelante.

De nuevo, el ajedrez ha estado muy presente y ha determinado muchas de las características del juego, como podréis comprobar.

¿Cómo se moverán las distintas fichas? Siguiendo la línea acostumbrada, los alumnos han decidido que el faraón/rey moverá un máximo de 3 casillas en todas direcciones, los carros 2 casillas hacia delante y los lados, los arqueros en diagonal por todo el mapa simulando la distancia a la que lanzan las flechas y la infantería 1 casilla en todas direcciones excepto hacia atrás. Lo que está claro es que no hay mucho espacio para la retirada, aquí se viene a luchar.

¿Cómo se eliminarán las fichas rivales? Las alternativas han sido variadas. Piedra/papel/tijera, pero han pensado que podía alargar mucho los combates; tiradas enfrentadas de dados, donde el mayor  resultado derrotaría al menor; pasando por encima, como en el ajedrez; y pares o nones, sistema que ha causado furor. Finalmente, este último se ha impuesto, así que las unidades lucharan a pares o nones cuando una unidad acabe su movimiento encima de una unidad enemiga.

¿Cuál es el objetivo del juego? De nuevo, varias posibilidades. Conquistar Qadesh, eliminar todas las fichas del rival y capturar al faraón/rey llevándolo luego a tu campamento. Al final han decidido que todas eran válidas y no excluyentes. Puedes conquistar Qadesh pero debes mantenerla 1 turno, eliminar al rival o llevar a su faraón/rey a tu campamento.

Hay tres cuestiones que todavía están en el aire ¿Cómo será el tablero? Todo parece apuntar que será de 13×13 ¿Cuántos jugadores habrá? Aquí no hay ni asomo de consenso, desde los 2 hasta toda la clase, las posibilidades son muchas. ¿Cómo serán las fichas? Algunos querían modelarlas en barro, otros en plastilina, otros usar círculos y cuadrados…

Mañana tengo intención de acabar el proceso de braisntorming y empezar a trazar líneas sobre cartulinas, recortar figuras y lo que propongan, pero en esto de educación hay tantas sorpresas que no sé cómo acabará.

Vamos a crear un juego (Día 1)

El año pasado los alumnos de 1º de ESO simularon sobre el tablero el desarrollo de la batalla de Qadesh con unas sencillas reglas que les proporcioné. Esta actividad fue el colofón al tema de las primeras civilizaciones históricas. Sin embargo, este año he decidido que sean ellos los que creen el escenario y las normas para representar este choque entre egipcios e hititas. Es decir, ellos generarán el tablero, las normas y las fichas. Al menos esa es mi intención.

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La pizarra de toda la vida, fiel compañera del profesor, con los restos del brainstorming

Hoy hemos empezado el trabajo. Después de haber dedicado la primera mitad de la sesión a hacer un examen sobre las primeras civilizaciones urbanas tal como las entiende el currículum de la ESO (Egipto y Mesopotamia ¿Es que hay algo más?) les he planteado la actividad. ¿Recordáis el vídeo de la semana pasada que hablaba sobre una batalla? Pues la vamos a convertir en un juego de tablero.

La acogida inicial de la idea ha sido estupenda: ¡Como el Clash of clans! ¡Como el ajedrez! Estos han sido los dos referentes que han salido a la luz a la hora de imaginar un juego de tablero.

Antes de que la situación se descontrolase he tomado las riendas y les he planteado una serie de preguntas que guiarían el proceso de creación:

¿Qué bandos representaremos? Evidentemente, egipcios e hititas.

¿Qué unidades había en el campo de batalla? La primera idea que han tenido ha sido utilizar las fichas del ajedrez, pero hemos llegado a la conclusión que ni torres, ni reinas, ni alfiles estuvieron en el campo de batalla. Luego han empezado a enumerar las unidades que recordaban del documental: Ramsés y Muwatalis, carros con caballos, arqueros e infantería.

¿Dónde lucharemos? De nuevo la primera idea ha sido la del tablero de ajedrez, conocido por todos. Les he hablado de hexágonos, pero la han desechado porque les costaría más representarlos y había muchas direcciones hacia donde mover. Al final, han acabado apostando por la primera fórmula.

¿Cómo nos moveremos? De nuevo la discusión ha girado en torno a los movimientos de las fichas del ajedrez. Unos querían asignar movimientos concretos a cada ficha, otros querían libertad total para desplazarse por el mapa.

Lamentablemente el tiempo de clase se ha agotado sin obtener una respuesta clara a la última cuestión, pero me ha dado tiempo a plantear otras que resolveremos en los días venideros: ¿Cómo se eliminan las fichas? ¿Cuál es el objetivo: tomar la ciudad o eliminar al rey/faraón? ¿Cuántos podremos jugar simultáneamente?

Así que, paciencia, a ver dónde nos lleva esto…

 

Una dura lección: no siempre ganan los mejores

Los profesores no sólo impartimos lecciones a diario, sino que a veces también las recibimos. Estoy hablando de esos momentos en que crees que te vas a comer el mundo, pero la realidad, o cualquier otro poder fáctico, organización o criterio, te da una bofetada y te pregunta: ¿Pero tú dónde ibas con eso, alma de cántaro?

Los que pensáis que los jóvenes de hoy en día sólo piensan en emborracharse y ligar, en drogarse y ver la tele, y en lo difícil que debe ser encerrarse con ellos en un aula, si bien no andáis del todo desencaminados, no acertáis completamente. El futuro y el presente, la política, sus vidas, lo que pasa… todo eso les preocupa. Por suerte, imparto una asignatura genial para captar todo eso, las Ciencias Sociales.

Pues bien, los alumnos de 2º de bachillerato decidieron coger el toro por los cuernos y dejar de preguntarse ¿Qué podemos hacer? o ¿Quién lo hará? Dejaron de reflexionar y se pusieron manos a la obra: había que tomar el poder y tenían que hacerlo ellos. Lo harían en Carnaval.

Escogieron como leitmotiv los revolucionarios españoles de 1936, concretamente las milicias obreras antifascistas, por ser la experiencia temporal más cercana en tiempo y espacio con un éxito relativo. En medio de un temporal de exámenes que se prolongó hasta la misma mañana de su revolución, prepararon banderas rojinegras, propaganda, dos discursos, el vestuario, una canción original y un repertorio de canciones revolucionarias.

El mismo espíritu de combatibidad, triunfo y exultante optimismo que invadió las calles de Barcelona en julio de 1936 se desparramó por los pasillos del instituto aquella mañana del 28 de febrero. Un rápido e insuficiente repaso de las letras, una charla motivadora, una música épica de fondo y una pequeña barricada y ya estaban listos para la revolución. Salieron en tromba de su aula, como una marea imparable. El llamamiento a la fiesta y a la conquista del poder se difundió con gritos, música en directo y carteles entre el resto de compañeros. Por el camino, los profesores éramos objeto de una simpática burla inofensiva sobre nuestras virtudes y defectos, a modo de divertida subversión contra el poder cotidiano. Se cantó también contra el gobierno y los corruptos que ensombrecen su futuro académico y hunden la educación.

LLegaron hasta la dirección, ante quien leyeron la primera de las proclamas revolucionarias que al grito de ¡NI DIOS, NI AMO, NI TUTOR! dejó claras sus intenciones: Disolver los órganos de gobierno, igualar a todos los miembros de la comunidad educativa y colectivizar el centro. Todo ello bajo la creencia firme de que existe un mundo mejor que aquel dominado por el consumo de masas, la tiranía de la imagen y los prejuicios raciales, sociales o económicos.

Luego llegó la batalla. Uno por uno, todos los grupos que habían preparado una comparsa mostraron lo que sabían hacer. Todos hicieron un playback. ¿Todos? No. La comparsa revolucionaria de 2º de bachillerato no era como las demás. Ellos salieron armando un festivo escándalo, apilaron sillas y mesas, pusieron un fondo músical inspirador y leyeron un nuevo discurso, esta vez dirigido a todos los alumnos: se acabó la inmunidad del profesorado, la pasividad del alumno-oyente, la producción en masa de alumnos idénticos, el fracaso y la obediencia. Abracemos la igualdad, la actividad del alumno-productor, las inteligencias emocionales, sociales, artísticas y críticas y la libertad para decidir cómo, cuándo, dónde y qué aprender.

Al acabar su lectura dieron paso al  recurso en el que habían depositado todas sus esperanzas de triunfo: aquellas simpáticas burlas inocentes convertidas en canción. Se dice que entre el público más de uno coreó con ganas las rimas y sus destinatarios rieron con ganas y buen humor.

La confianza era total, estaban seguros de su victoria porque nadie había sido tan original ni arriesgado. Puede que a alguno se le pasara por la idea aquello de la piel del oso y la consabida transacción comercial, pero si así fue no lo manifestó en voz alta.

La espera fue larga y muy tensa. Unos se entretenían bailando, otros cantando. Unos tomaban fotos y otros iban de aquí para allá conversando. Finalmente, el tribunal apareció con el veredicto. La victoria fue para Grease. Original, ¿No? Era como si los valores contra los que se habían manifestado los alumnos les hubiesen pasado por encima. ¿Cuál es la moraleja de Grease? Cambia para ser aceptado por los demás. Es el mismo discurso de siempre: haz como la mayoría, no seas diferente.

Así que, después de haberse puesto en contacto con un sindicato anarquista, haber leído teoría del anarquismo y haber realizado dos documentos, haber rebuscado en la memoria del cancionero anarquista y revolucionario español, haber buscado imágenes de las milicias obreras y haber elaborado la letra de una canción desde la nada, el resultado fue la derrota.

En positivo queda que, después de todo, se ha realizado  una experiencia muy gratificante, tanto para el docente como el alumno. Una experiencia que con algunos arreglos de cara al futuro puede generar una unidad didáctica y práctica de aprendizaje significativo donde el alumno se convierte en promotor y creador de conocimiento.

La revolución se posterga ¿Hasta el año que viene?