¡Seguimos en pie, con la 3ª edición del #Gamificurs!

Saludos, oh, lector que aquí recalas.

Escribo desde la habitación de una residencia universitaria en la ciudad de Barcelona, comiendo un foskito de marca blanca cargado de aceite de palma (todos debemos tener incongruencias y contradicciones en nuestros discursos, ok?). Mientras escribo esto, el sol se pone tras Collserola y la gente atesta el metro y las calles. Tras un año de ruralidad había olvidado lo agobiante que puede llegar a ser esta ciudad. Y aún así, la necesito, a ella y a sus gentes.

Sigo vivo y en la 3ª edición del #gamificurs. Mañana acaba, pero es hoy cuando puedo plasmar algunas reflexiones.

1- Cada año me gusta más trabajar en esto. Ayudar a otros compañeros a formarse es una gozada. Rodearse de profesionales del nivel de cHristian Negre, Xavi Socías,  Gemma Artés, Jose Pascual o María Sabiote y Raúl García (quienes acaban de reventar el medidor de éxito en las opos con una programación basada en gamificación, ABJ, Visual Thinking…). Venir por aquí de vez en cuando me recuerda lo satisfactorio que ha sido coincidir con docentes del nivel de Elisenda Abad y haber compartido las penas de nuestro fugaz paso por un pequeño infierno pedagógico.

2- Cada año hay más profes de todas las edades con ganas de saber cómo aplicar los juegos en el aula. El primer año, con 30 asistentes, al preguntar cuántos habían jugado o llevado juegos al aula las manos alzadas eran pocas. Este año, en palabras de cHristian ¡han sido legión! Sin desmerecer a los participantes anteriores, se nota que este año los conocimientos previos eran superiores.

3- Se puede jugar a rol con 50 profes y dejar volar la imaginación. Hemos sido conscientes, además, que pese a reunir los ingredientes necesarios cualquier misión épica puede acabar trágicamente. La última flecha ha pasado rozando al monstruoso enemigo que asediaba Emporion. La ciudad se ha desvanecido de la Historia a fuego y hierro. Sabed, oh viajeros, que los poetas cantarán las glorias de aquellos vieron luchar al Coloso de Rodas contra un titán en Mediterranean Rim y saltaron en paracaídas desde su cabeza, que robaron el tejado del Partenón con la ayuda de un Cíclope y se inventaron una religión para ganarse el favor de un nuevo dios.

4- Las ideas y proyectos que tienen en mente los alumnos tienen una gran calidad y solo necesitan de tiempo para perfeccionarlas y aplicarlas. Lástima que durante el curso escolar el tiempo deba gastarse en tantas otras cosas que no sirven para mejorar la calidad de la educación.

5- Da gusto ver cómo varios compañeros de un mismo claustro se conjuran para asistir y formarse juntos. ¿Qué podría salir de ahí si trabajaran en equipo el próximo curso?

6- Tanto han entrado en materia los alumnos de este año que han formado un grupo de whatsapp y… ¡lo han gamificado! Al alumno que más invitados conseguía le han regalado una mención honorífica.

¿Y ahora qué? Pues a seguir currando. El lunes me esperan una mesa y una silla en el despacho del jefe de estudios con un curso 2018-2019 que preparar. A ver cómo se me da eso de formar parte del equipo directivo.

gamificurs final

Pd: ¡Y no os perdáis el unboxing de las opiniones de los asistentes!